Luis Enrique Álvarez: Creatividad y Tecnología en la Danza

Por Adianez Roca Saez

El baile de las Máquinas, estreno más reciente del Colectivo Creativo Perro Callejero, fue acogido en las instalaciones de Fábrica de Arte Cubano el pasado mes de abril. La agrupación fundada bajo la dirección del bailarín y coreógrafo Luis Enrique Álvarez, había dado una muestra de excelente compresión del término «performance artístico» de la serie Esto es Perreo con el espectáculo Yellow Cabaret.

Este nuevo montaje, El baile de las Máquinas, fue ganador del premio de la XVIII edición del Festival Internacional de Video danza, DVD Danza Habana, y salió a escena dos meses después de la entrega de Yellow Cabaret. El corto tiempo entre ambos estrenos es muestra de la rapidez con la que puede crear Luis Enrique, coreógrafo de ambos espectáculos, quien parece tener sus ideas en orden o en desorden, y como el mismo dice, “nutrirse de todo lo que contamine”.

¿De dónde salen tus ideas para crear las coreografías de Perro Callejero?
Me inspiro por algunos textos. Me interesan mucho, además, las ideas del Decálogo del Apocalipsis de Ramiro Guerra. Mis libros guías son El arte de componer una danza de Doris Humphrey; El caballo ciego de la actriz danesa Iben Naguel; La salvación de lo bello de Byung-Chul Han y Postproducción de Nicolás Bourriaud.

Otro de mis grandes referentes es José Martí, para comprender mis obras hay que conocer la suya. En El baile de las Máquinas hay muchas ideas de Martí, me inspiré en el poema “Los Dos Príncipes”. En la escena Reflejo al Rey. También en esa manera particular que tenía Martí de abordar la muerte en su poesía. En la obra hay relación entre Martí, el Hombre de Hojalata y temas de El Principito.

¿Este nuevo estreno cubrió las expectativas que te trazaste como coreógrafo?
Es un proceso que aún no está cerrado, todo lo que el público vio se hizo en un mes. Siento que aún está denso y falta un poco de armonía. Hay que trabajar en cuidar la
forma física y la calma para bailar. El día 10 de mayo comenzamos a trabajar para darle un cierre definitivo. «Esto queda bien o el diablo vende bicicletas»

¿Qué quisiste mostrarle al público con esta obra?
Todo parte de la relación del hombre y la tecnología en el mismo espacio-tiempo. En El baile de las Máquinas todo es perceptivo, el viaje de cada cual es propio. Es un espectáculo que permite que el espectador decida. A mí me gusta la danza impura esa que puede ir a cualquier lugar sin importar la forma.
Para conformar la acción utilicé la inteligencia artificial, le fui dando ideas sobre lo que quería y ella elaboraba las escenas. Es por eso que, por momentos, tal vez, puede haber conexiones y desconexiones. Son cosas abiertas que no están aún definidas, sino en desarrollo.

¿Cuáles son tus próximos trabajos creativos?
Hace tiempo que estoy lejos de cualquier cosa que me desconcentre, si uno no vive, no hay de qué hablar ni de dónde sacar para ponerle a las obras. Ya están escritos los próximos espectáculos, donde participarán coreógrafos cubanos, algunos se encuentran inactivos en el país y otros no residen en Cuba.
Por estas fechas debo irme a Matanzas para terminar un montaje con la compañía Teatro El Portazo. Próximamente, en la Universidad de las Artes, tendremos una presentación donde se mostrarán fragmentos de Yellow Cabaret y El Baile de las Máquinas.

En El baile de las Máquinas hay que resaltar la versatilidad en el trabajo de los bailarines y del propio coreógrafo. Se han cambiado en poco tiempo muchos aspectos: la tipología de movimientos no es la misma, en esta nueva entrega se ve una quietud en la escena que en no existía en otros espectáculos de Luis Enrique, incluso una de las intérpretes nunca sobrepasa el caminar por la escena.
La utilización del video prima y es parte fundamental del entramado. Existe un singular el minimalismo en las luces que acompaña de forma perfecta los rostros pintados y los vestuarios dan un sentido misterioso a la obra. Pero sin dudas, lo que más resalta es el uso del robot, que da el sentido tecnológico que busca el autor para su creación.

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