O’Farril opina sobre la Danzología

Por Victor Cabrera

Alfredo O’Farril Pacheco, Premio Nacional de Danza 2024 y Primer Bailarín del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, visitó hoy la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes. Durante su estancia en la conocida Casa Colonial intercambió con el colectivo de la Facultad.

En conversación con los estudiantes del perfil Danzología, O’Farril ofreció sus consideraciones sobre la importancia de la formación de danzólogos en Cuba.

La creación de este perfil fue un gran acierto para la Facultad. Concidero que el estudio que ustedes realizan aquí es un avance para el arte danzario en Cuba. 

Necesitamos personas que analicen la danza, y más a la danza folklórica. Y digo danza y no baile, sí porque hay quienes se refieren al ballet como danza clásica, existe la danza contemporánea, pero cuando es folklore se dice solo «baile». El folklore es importantísimo para la danza cubana.  Desde que se introdujo la enseñanza de la danza folklórica otros perfiles se han enriquecido.

Los estudiantes de Danzología deben hacer prácticas danzarias, que el movimiento invada su cuerpo y así entender el porqué de la historia. En realidad la danza cubana necesita un buen trabajo por parte de ustedes.

Los salones que recibieron hoy a Papá Chango en la Facultad de Arte Danzario fueron el espacio donde pudo contribuir a la enseñanza del folklore danzario cubano , por más de 30 años. Alfredo O’Farril es fundador del perfil de Danza Folclórica en el ISA, autor y coautor de programas de estudio de folklore y se desempeñó por diez año como Jefe de ese departamento una  amplia trayectoria llena de aciertos.

Si quieres conocer la trayectoria artística de Alfredo O’Farril Pacheco puedes consultar el siguiente enlace: https://danzologiacuba.home.blog/2022/07/25/alfredo-ofarrill-pacheco-un-hombre-lleno-de-experiencias/

Nora Hernández González: Entre puentes, danzas y recuerdos

Nora Hernández González.

Por Samali Benítez Guerrero

“Matanzas tiene algo que hace volver”. Eso asegura Nora Asunción Hernández González, quien fue bailarina, coreógrafa, directora, profesora e incansable mujer. Una sola calle separa al mar de la entrada de su casa, si la pequeña sala donde nos acogió se inundará algún día seguro que Nora bailaría con el vaivén de las olas. El olor a sal envuelve la estancia y con el movimiento de los sillones la conversación fluyó como los ríos matanceros.

¿Dónde fueron sus primeros estudios danzarios?
Comencé en la primera escuelita que se abrió en el Teatro Sauto en el 1960, a la cuál entramos después de hacer las pruebas de actitud requeridas, todos los que estábamos en el grupo de aficionados que dirigía Jesús Fernández. Edith Yerina, bailarina del Ballet Nacional de Cuba, y Rodolfo Reyes, del Conjunto Folklórico Nacional, eran los coreógrafos, mientras que Adela Escartín nos daba clases de actuación. En la escuela de Alberto Alonso alcancé un gran desarrollo con los profesores Cristy Domínguez, Sonia Calero y el propio Alberto, entre otros. Empecé ahí a dar mis primeros pasos hasta que soy escogida para el primer grupo de Instructores de Arte en el Hotel Habana Libre. Fueron pocos porque la selección fue rigurosa y salimos unos cuantos nada más. Me gradué en 1962 como instructora y soy seleccionada para representar a Cuba en el Festival Internacional de la Juventud en Finlandia.

¿Nos podría contar un poco sobre su labor profesional?
Fui coreógrafa del grupo Lírico de Matanzas, de Teatro Papalote, Teatro D’Sur, el Mirón Cubano, que en aquel momento se llamaba Teatro Dramático. Trabajé junto a Miram Muñoz, en el Teatro Ikarón y tiempo después en Danza Espiral, de donde fui una de las fundadoras y creadora de la primera versión de Cromatismo y danza. Colaboré en la Escuela de Arte como profesora y coreógrafa, de ahí es que sale un espectáculo llamado Un mundo sin final. Impartí clases en la Escuela de Instructores de Arte René Fraga Moreno.

Estuve en Angola donde hice un espectáculo bien cubano y divertido para los combatientes que estaban allá durante la guerra. Estaban pasando por momentos muy difíciles y necesitábamos levantarles el ánimo. Mozambique me acogió durante la temporada en que fui directora del Conjunto de Canto y Danza Mozambicano, con quienes se lograron grandes funciones que llegaron a Francia, España y otros lugares de Europa. Polonia y Bulgaria fueron sede del Festival Internacional Folclórico, en donde junto a Columbia del Puerto, un grupo cardenense de rumba, obtuve el gran premio.

Nora Hernández, más conocida como Chiquitica fue fundadora de la UNEAC en Matanzas y es miembro activa del proyecto comunitario La Calle de la Danza, propuesta cultural matancera que sólo se mantiene en el municipio de Cárdenas. También es una participante activa en los Festivales del Carbón en la Ciénaga de Zapata. Su experiencia en la creación danzaria, le permitió formar parte del jurado en el concurso televisivo Para Bailar. Este concurso tenía como objetivo recuperar el baile en pareja, que en ese momento se estaba perdiendo.

¿Considera que deberían retomarse este tipo de concursos?
Siempre es necesario hacer ese tipo de cosas para obtener nuevos talentos y recuperar las tradiciones. De ahí no sólo salieron parejas de bailarines jóvenes, sino que muchos entraron por separado a agrupaciones como el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba.

¿Después de su jubilación, siendo Metodóloga Provincial de Danza, cómo se mantuvo vinculada a la cultura?
Creé un pequeño taller para niños donde daba técnica de la danza y ballet, el objetivo era prepararlos para entrar a las escuelas de arte. Lo mantuve por varios años y ya en los últimos tiempos llegaste tú y otros muchachos que han ido encontrando su lugar en diversas compañías. Continué formando a instructores de arte y participando como jurado en diversos concursos y festivales. Trabajé en Los 100 años del Danzón, muchos bailarines de la televisión vinieron a Matanzas e hicimos una gira por los municipios, este es un ejemplo de que me mantuve dando el paso al frente cuando se me convocaba.

¿Qué opinas de la danza que se hace actualmente?
Son nuevas corrientes porque surgen nuevos elementos, debido a que la vida tiene que cambiar. Tanto el folklor como la danza en sentido general, sino evoluciona perece. No es lo mismo hablar del tiempo de Gladys y Antonio, Cristy Domínguez y otros bailarines que eran de esa época, en donde el mismo casino se bailaba de una manera más mesurada, marcada, con menos violencia y más tranquilo que ahora. Los momentos son más convulsos, la danza tiene que cambiar. Los jóvenes tienen más energías, más dinámica, es distinto. Yo no puedo ver una danza de mi tiempo a estos momentos, tengo que entender la actual y tener en cuenta todo lo que te explico. Por ejemplo, en la actualidad estoy viendo obras de Danza Contemporánea de Cuba que me gustan mucho.

Desde su experiencia como bailarina, coreógrafa, espectadora de la danza actual, ¿qué consejos les daría a las personas que quieren adentrarse en esta rama del arte?
Jamás se puede olvidar el pasado, porque el pasado es presente y es futuro. De ahí partió todo y desde ahí va evolucionando. Hay que investigar sobre lo que había antes para poder mejorarlo. ¿Qué puede ser?, ¿fracasaste?, está bien, todo no será bueno, pero por eso no se le puede coger miedo a hacer una coreografía, a criticar, sin embargo, para hacerlo hay que saber.

Además del movimiento corporal, las investigaciones y publicaciones era algo que cautivaba a Nora, escribir sobre temas relacionados a la danza para periódicos y revistas formaba parte de su labor como defensora del medio.

Desde el pequeño balcón nos comenta la necesidad de regresar a su querida Matanzas, es que “si no hay agua yo me ahogo”. Para Nora, la capital no se compara con las calles despejadas de su provincia. El aire de río y el olor a sal son motivo suficiente para decidir echar raíces más profundas en donde la vieron nacer. Siendo Premio de Cultura Comunitaria en la categoría de Personalidad, su amor por la cultura matancera y el deseo de hacerla progresar se ha mantenido firme. Su disposición por ayudar y compartir sus vivencias se siente en esta mujer que llaman Chiquitica, pero que ha tenido una vida inmensa llena de ricas experiencias a través de la danza.

Liliam Padrón, Danza Espiral; el desafío y el riesgo

Por Lisandra Herrera Benítez

En una ciudad rica culturalmente, Liliam Padrón y DanzaEspiral son argumento de esa riqueza. Con más de 40 años de trayectoria profesional, Lilita sigue siendo un referente de la danza en Matanzas y en todo el territorio cubano. Constante, trabajadora y honesta con su poética; mencionarla es hablar de la historia de la danza en su ciudad.

¿Cuándo y cómo entra Liliam Padrón a la danza?
Mi formación académica comenzó a los nueve años en ballet, en Matanzas solo existía esta especialidad. Cursando el nivel elemental vi muchas presentaciones de danza que me llamaron la atención más allá de la danza en puntas. Más tarde llegué a la ENA a estudiar la carrera profesoral. Allí pude asistir a las clases con los alumnos de danza porque coincidíamos en la misma escuela. Cuando me gradué en 1975, regresé a Matanzas y estuve trabajando con el movimiento de artistas aficionados, donde paradójicamente, nunca impartí clases de ballet, sino que explorábamos otras maneras de movernos y hacer.

Cuando comienzo en la Escuela de Instructores de Arte, me acerco de una manera práctica a otras manifestaciones que no era lo que había estudiado. Al folclor, por ejemplo, que realmente no tenía tenido ningún vínculo, solo que vivo en una zona donde los tambores suenan a todas horas y era todo lo que sabía. Tuve la experiencia de poder, de alguna manera, guiar en las direcciones a María Teresa Linares, quien me puso en contacto con lo más importante del folclore de ese momento, estoy hablando del año 1977. Tiempo después me llega una beca para ir a estudiar coreografía y pedagogía de la danza en la Unión Soviética. Allí me formé durante cuatro años y cuando me gradúo en el 1983, regresé a Cuba a poner en práctica todo lo que traía conmigo.

Recibió las enseñanzas del ballet y la danza cubana, luego otras metodologías en la URSS ¿Qué diferencias percibió la joven bailarina y maestra?
Sabemos cuál es el génesis de la Escuela Cubana de Ballet, que además tiene mucha influencia de la Escuela Rusa, allí pude incorporar otros conocimientos del trabajo del bailarín, otras experiencias. Los entrenamientos eran muy fuertes, el trabajo para preservar su cultura e identidad, esas fueron enseñanzas para toda la vida que luego fueron abriendo muchos caminos. Ellos no tenían danza moderna, pero sí ballet moderno, el ballet soviético bebía de la tradición de Petipá y había tenido Los Ballets Rusos, la gran revolución de la danza académica del siglo XX. Era muy interesante el trabajo que hacían, tuve la oportunidad de recibir asignaturas que aquí prácticamente no se conocían, entre ellas danzas de carácter y danzas
históricas, consecuencia del trabajo de Marius Petipá y sus estudios del folclor europeo llevado a la escena.

Tiempos de fundar… ¿cómo surge Danza Espiral?
A mi llegada de la Unión Soviética, vuelvo a trabajar con el Movimiento de Artistas Aficionados y ahí comencé también a organizar y realizar festivales. Hay que tener en cuenta que, en ese tiempo, el movimiento de aficionados era diferente, de ahí salieron grandes artistas de este país, había un sentido artístico y del compromiso y la ética muy fuerte. También los Instructores eran muy buenos; había muchas inquietudes creativas, estaban muy bien formados y se formaron agrupaciones muy interesantes. De esa forma conozco a Guillermo Luis Horta, que tenía un grupo de teatro experimental en Colombia. Él había hecho estudios de ballet y de teatro; desde que lo conozco tiene un trabajo interesante con la voz, siempre se inclinó al performance. También conocí a Ángel Luis Serviá, que ya falleció desgraciadamente; un estudioso del folclor con inquietudes más allá de este ámbito. Serviá estaba interesado en llevar de manera más actual y dígase en un lenguaje contemporáneo, el folclor. Junto a estos dos coreógrafos, uno más inclinado al teatro y otro al folclor, empezamos a nuclear a partir de intereses comunes, y así en el año 1987 concretamente se crea Danza Espiral.

Danza Espiral se funda en un momento en el que todavía no estaba aprobado el sistema de proyectos por parte del Ministerio de Cultura, debido al desarrollo artístico y cultural de Matanzas, es que, de manera excepcional, aprueban crear esta agrupación. Nosotros fuimos privilegiados. Así dimos el paso en un espacio fuera de la capital donde había creadores desarrollando sus proyectos que tenían una sólida experiencia, es el caso de la propia Marianela Boán, Rosario Cárdenas, Narciso Medina… quienes contribuyeron en la formación de Danza Espiral; recibimos el apoyo y el asesoramiento, venían a Matanzas a visitarnos. Ramiro Guerra siempre nos tendió la mano. Desde que estaba en el movimiento de aficionados conocía a Ramiro, ahí comenzó mi amistad con él. Estuvo siempre desde el comienzo de Danza Espiral, vio nacer el proyecto, los primeros trabajos, las inquietudes que teníamos. Siento mucho respeto por él y por su obra. Si Ramiro no hubiera existido, nosotros hubiéramos sido diferentes, si no le hubieran interrumpido su obra, tampoco hubiéramos sido iguales.

Espiral, ¿por qué este nombre para la compañía?
Teníamos intereses estéticos comunes, pero como procedíamos de diferentes formaciones, había que intentar mezclarlo todo. Esos procesos se dieron de alguna manera cuando surgió el Conjunto Nacional de Danza, que estaba Ramiro Guerra, Lorna Burdsall, Elfrida Mahler, personas formadas fuera de la academia, con poco conocimiento técnico, o sea, toda esa mixtura hizo que todo un movimiento de danza se solidificara, ahí está el referente directo. Nosotros, con una visión más contemporánea, estábamos buscando qué nombre le dábamos al proyecto. Entonces pensamos en la “espiral”. Teníamos claro el punto de partida, que, aunque era pequeño, nos dió otras dimensiones en el trabajo creativo y nos unió más. Cada montaje constituye un punto nuevo comienzo dentro de esa espiral que se expande. Hay muchos nombres que podía haber tenido la compañía, pero decidimos ese por ser coherente con nuestra realidad.

¿Cómo ve Lilita los cambios en la compañía, las nuevas generaciones?
Lo normal es que las agrupaciones cambien mucho. Sería deshonesto decir que los bailarines que están en un momento determinado, no definen en el montaje coreográfico, pero inevitablemente pueden tomar otros rumbos, y llegan otros que asumen esos roles. Desde mi experiencia entiendo que los procesos creativos son extremadamente cambiantes, empiezas de una forma y terminas de otra. Pienso y medito cómo lo voy a hacer, todo está relacionado con esas personas, el equipo de trabajo. He hecho obras que han marcado una pauta importante en la compañía, casi todos los bailarines que he tenido vienen sin formación académica, por lo tanto, existe una retroalimentación válida de ambas partes, por se necesita tener muy claro qué cosa es lo que se quiere y a dónde se quiere llegar. A partir del trabajo con estos bailarines que técnicamente pueden tener vacíos, guiándolos, he llegado a formas más interesantes o menos previstas en la danza.

¿Cuáles son las principales fuentes de inspiración para el trabajo creativo de Liliam Padrón?
Tengo muchas obras que están relacionadas con la literatura, lo cual no significa que haga una narración de la obra, pero sí me provoca mucho; cualquier imagen impulsa a un creador. No es que diga: “voy a montar esta obra”, es un cúmulo de información que una tiene de disimiles lecturas que ha hecho y experiencias que ha vivido, entonces en un momento determinado dice, “esto me parece interesante, lo voy a releer”. He tenido ese vínculo estrecho con la literatura, porque no solamente es una inspiración, sino también un desafío y un riesgo; he hecho muchas cosas de Virgilio Piñera, precisamente por eso.

También he partido de la pintura, de la propia música, aunque mi relación con esta es muy directa porque mi esposo y mi hijo son músicos, y ellos desde los inicios de mi carrera me han asesorado, tocando para poder hacer mis obras, pero yo no parto de la música, no me gusta que condicione mi movimiento. Trabajo toda mi investigación corporal, encuentro ese lenguaje y después le pongo la música.

Voy probando, a veces hago la obra, le establezco una música y luego la cambio. Hay coreografías que he estrenado y le he puesto la música en la noche antes del día del estreno. Así mismo, obras que son muy contundentes como es el caso de la Consagración de la primavera de Igor Stravinski, esa no la puedo cambiar, pero nunca quise que la música fuera lo que determinara mi coreografía. Investigamos y claro que hay cosas que no puedes llevarle la contraria, entonces encuentras un lenguaje y después ves cómo se mezclan. La música tiene que mantener su propuesta como lenguaje, así mismo, la danza, la escenografía, el vestuario, o sea, no hay que tirarlo todo sobre la danza, tampoco acomodarse o partir de la música, lo cual no significa que no haya hecho alguna pieza así. La lágrima fue una de ellas; puse la música, improvisé (que me encanta, lo que más me gusta es improvisar), y me acordé de algunas partes y después fui estructurando, hay piezas que construyo así. En mis solos hay mucho espacio de improvisación. Creo que cuando se empieza a pautar se va minimizando, depende entonces del intérprete, es ahí donde juega un papel importante, sobre todo cuando aporta a ese lenguaje corporal.

¿Qué representa para la compañía tener un concurso tan importante como lo es el DanzanDos?
Siempre tuve inquietudes porque estando en la ENA, creamos los festivales de danza, ballet, y de coreografía, aun siendo alumnos. En 1994, en pleno Período Especial, nos propusimos hacer un evento donde la compañía convocara. Ya existían festivales como el Solamente Solos, Los Días de la Danza, El Festival de Ballet de Camagüey, El Festival Internacional de Ballet de La Habana, entonces nosotros queríamos hacer un concurso que nos permitiera traer muchas agrupaciones y a partir de la propia estética de la compañía, que tenía muchas obras de dúos, decidimos hacerlo. En un principio no pensamos que fuera a trascender y este 2024, que toca hacerlo, cumplimos 30 años.

Nos interesa convocar a esas obras que están en proceso o ya concluidas y traerlas para analizarlas con los críticos antes de presentarlas al DanzanDos. También hemos defendido siempre la diversidad; no es solo un concurso de danza contemporánea. Aquí han concursado obras de ballet, de danza folclóricas afrocubanas, compañías flamencas, es algo maravilloso. Hemos tenido un público fiel, que le gusta la danza y sigue el concurso. Este concurso brinda la posibilidad a bailarines y creadores de coincidir, verse, tomar clases juntos, escucharse, exponerse ante otros públicos y otras opiniones, de hacerse un currículum donde pongan que participaron en el Concurso de Coreografía e Interpretación Danzandos, eso me da muchísimo gusto.

¿Qué retos implica ser la única compañía de danza contemporánea de la provincia de Matanzas?
Hay que tener mucha voluntad, y ser voluntarioso, que son dos cosas distintas, para poder emprender un proyecto así. Creo que no existen otras porque la gente ha visto cosas más interesantes y han preferido hacerlas, y no “meterse” en esto porque es complicado. Ojalá y existieran otras agrupaciones. Aquí tienen la posibilidad de crear y no muchos lo hacen, falta quizás interés o constancia por parte de las nuevas generaciones; es un camino difícil y de no pocos sacrificios.

Es muy interesante para nosotros, tener un público que siga a la compañía, no solo personas conocedoras, sino espectadores que se sorprendan con una obra que fue estrenada hace muchos años, le doy un gran valor a eso, quizás este es un gran reto. Hemos tenido momentos muy complicados de no tener ni un bailarín, pero yo tengo mi manera, primero doy la posibilidad a todo el que quiera, de crear, porque realmente ahí podría estar una posible continuidad. El día que yo me canse, me gustaría, que si se hace otro grupo se llame de otra manera y Espiral llega hasta donde llegue yo.

Después de más de 35 años con Danza Espiral, ¿cómo ve la danza que se hacía en los años 90 y la que se hace ahora, evolución, inercia, riesgo…?
Me parece que una obra que trasciende en el tiempo es verdaderamente un suceso. Creo que muchas de las cosas que se hicieron en los 80 y los 90 a veces fueron más renovadoras que lo que se pone ahora, claro eran otros tiempos y otros impulsos. Ahora hay una tendencia a repetirse algunos elementos y obras, aunque tengan opiniones favorables. Hay piezas que son contundentes, tienen la aprobación del público y un resultado mediático importante; hay otros que son tan importantes como esos y no lo tienen, no pasa nada, es como si no existiera. Esto pasó desde los primeros habitantes hasta hoy. Los 80 y los 90 fueron épocas de muchas rupturas, casi todo lo que se ve hoy como “novedoso” tiene su antecedente allí o en otras épocas. Por eso no me quejo de las críticas que he tenido, al contrario, las agradezco, algunas más fuertes y otras haciendo análisis profundo de las obras… Yo estoy feliz con lo que hago y donde lo hago.

Al finalizar la entrevista, y sin pregunta en mano Liliam me confesó: en el primer programa que hicimos, la última oración decía “todo tiene su verdad”, yo no tengo que convencer a nadie de mi verdad, porque es la mía y merece un respeto, y yo respeto mucho todo lo que hacen los demás.

Danza Voluminosa:Una poética de movimiento auténtica e identitaria

¿Fedra? (2001), Danza Voluminosa, coreografía de Ramiro Guerra. Archivo Borges Bartutis.

Por Harold Gastón
La obesidad en la danza, en la escena o no, desde siempre ha generado debate en la comunidad artística. Tradicionalmente la hemos contrastado con cuerpos delgados y atléticos, lo que ha creado un conflicto para los artistas con una constitución física diferente pues deben mantener un peso bajo. Sin embargo, en los últimos años, se produjo un cambio en la percepción de la estética en la escena, comenzado a reconocer la diversidad de cuerpos y a valorar la inclusión de artistas de diferentes tallas y formas.
Juan Miguel Más, bailarín y coreógrafo, con su compañía, Danza Voluminosa, ha sido uno de los máximos defensores de esta nueva estética en los escenarios. La propuesta,
bajo su dirección desde 1994, pudo brindar espacios donde todos por igual pueden expresar sus sentimientos con el cuerpo.
Sin duda alguna la opinión de este creador es decisiva para seguir cambiando la visión de muchos, por lo que nos acercamos a Juan Miguel para seguir conversando sobre el tema.

¿Usted considera que la danza es un arte para todos, tanto para apreciarla como para practicarla?
Considero que la danza es un arte para todo aquel que tengan necesidad de expresarse y que las personas que deseen bailar y quienes tengan ese objetivo definido, deberían tener acceso a ella. El movimiento no es la única forma de expresión.
Concordamos que la obesidad en la escena no es bien apreciada del todo, pero ¿cree usted que una persona con una complexión más gruesa de la acostumbrada pudiera danzar?
La obesidad puede ser aceptada si se lleva de forma correcta, con una buena práctica, un cuerpo entrenado y un vestuario bien diseñado. Lo más importante es que el bailarín tenga buena técnica y conocimiento de lo danzario, sea flaco, gordo u obeso. Desde lo personal, me he encaminado siempre en aprender y enseñar a mis alumnos la técnica, el equilibrio y todo lo que ayude a nuestros cuerpos a funcionar como un todo, logrando una armonía y una perfecta combinación entre la música, el movimiento y las dinámicas específicas que lleva la danza.

¿Cuál fue su objetivo al crear Danza Voluminosa?
Después de haber obtenido un cúmulo de conocimientos tras mis experiencias en Danza Contemporánea de Cuba gracias a Ramiro Guerra, decidí que todos merecían tener la oportunidad de hablar con el cuerpo mediante la danza, por lo que se convirtió en mi objetivo crear un espacio donde personas obesas tuvieran la posibilidad de formarse como bailarines. De ahí surge Danza Voluminosa, donde podíamos ser nosotros mismos sin correr el riesgo de ser censurados.

Sabemos que el folklore como estilo danzario, en cierto modo ha aceptado bailarines con una constitución física diferente a la acostumbrada. ¿A qué cree usted que se deba esto?
El folklore es una modalidad que muestra la autenticidad de los pueblos y sus costumbres, por lo que sus danzas son típicas y lo bailan todo tipo de personas. No hay una característica específica que deba tener un bailarín para representar al pueblo, esto está dado por la variedad de caracteres.

¿Cuál sería su consejo para aquellos que se limitan a danzar por su constitución física?
Mi consejo es que no se limiten, que busquen formas de expresar su sentir desde la danza, que se acerquen a personas que los enseñen, que comiencen, que rompan estereotipos y que empiecen a hacer lo que les apasiona. Lo más importante es no deprimirse o bajar nuestra autoestima. Por el contrario, hay que luchar por el objetivo que tenemos para lograr nuestros sueños.
La obesidad no debería ser un obstáculo para ejercer la danza. Muchos bailarines con sobrepeso han demostrado su talento y habilidad en el escenario, desafiando los estereotipos de belleza impuestos.
Es importante seguir promoviendo la aceptación y la inclusión en la industria del entretenimiento, y reconocer que la habilidad artística no está determinada por el peso corporal. Todos los cuerpos son dignos de representación en la escena, y es crucial
fomentar un ambiente en el que los artistas se sientan cómodos y valorados independientemente de su apariencia física.
Poder expresarse de una manera bella, no quiere decir que como requisito el cuerpo tiene que ser delgado, sino que esté preparado, que las personas tengan la educación danzaria para poder buscar su propia técnica y expresarse de una manera diferente encontrando una poética de movimiento auténtica e identitaria.

Enrique Leyva Brines. La perseverancia y la constancia fueron mis aliados

Enrique Leyva en Otelo, Danza Espiral, coreografía de Lilliam Padrón. Foto Tomada de su perfil de Facebook

Por Christian A. Cabeza Ramos
Enrique Leyva Brines o “Enriquito”, como sus más allegados le dicen, es uno de los bailarines más longevos de la compañía Danza Espiral, una formación surgida en 1987 en Matanzas. Danza Espiral ha sido su casa donde ha pasado mas de dos décadas, como uno de sus primeros bailarines, al lado de la maestra Lilliam Padrón, fundadora de la agrupación y promotora permanente de la danza en Cuba.
Fui compañero de elenco de Enriquito por varios años, admiré su constancia como bailarín. Ahora, por elección, mi vida tomó otros rumbos y estudio en el perfil Danzología de la Facultad de Arte Danzario. Así que cuando tuve que elegir una persona para mi ejercicio de Entrevista de Personalidad, no lo pensé dos veces y elegí a Enriquito. Pero como estos tiempos van tan de prisa, tuvimos que acudir a las nuevas técnicas digitales. Esta es la conversación que sostuvimos vía WhatsApp y que comparto para hacer visible, un poco más a profundidad, quién la persona que vive tras el bailarín Enrique Leyva Brines.

¿Cómo fueron tus primeros pasos en la danza?
Para empezar, debo decir que jamás pensé llegar a ser bailarín. Todo fue accidental. Mi gran pasión siempre han sido las artes plásticas, a las que en su momento nunca tuve oportunidad de poder estudiar por disímiles motivos que ahora no vienen al caso citar. Aun así, sin oportunidad, ni posibilidad de poder cursar nada que tuviera que ver con el arte, siempre se mantuvo en mí la motivación por la invención.
Por azahar de la vida, a los 23 años de edad aproximadamente, llegué a ver como espectador mi primera función de danza. Recuerdo con claridad a Danza Libre, Danza Fragmentada y Danza Espiral. Desde ese entonces quedé tan fascinado con ese mundo que me propuse llegar a ser parte del mismo. De esta manera me acerco a Danza Libre y emprendo un camino que aún tránsito.

Obra Un hombre es así. Foto Ernesto Cruz

Confieso que mis primeros pasos en el camino que decidí emprender, fue cuesta arriba y empedrado. No fue tarea fácil, pues a mi edad tuve que violentar muchos procesos lógicos, tantos como los de formación académica, físicos, anatómicos y mentales; es decir, si quería llegar a ser lo que me había propuesto, en tiempo récord tenía que estar medianamente a la altura de los bailarines graduados de las escuelas.

Fueron cambios muy bruscos para mí en todo sentido y aspectos. La perseverancia y la constancia fueron mis aliados y mejores amigos para entonces. Aprender de Ballet, Técnica Graham (moderno), Folklore y Danza contemporánea, todo a la vez y en corto tiempo. Aquello se me convertían en el cuento de nunca acabar. No miento cuando digo que flaqueé, pensé en desistir más de una vez, pero cuando veía a mis compañeros danzar, se me renovaban las ganas y las esperanzas volvían a tornarse verdes. Así, un día tras otro, un esfuerzo más, un repite que estás mal, un te quedas después que todos se hayan ido para seguir solo contigo y una última vez para que quede… Así se fue fraguando lo que he logrado y llegado ser hoy.

¿Cuándo fue tu primera vez en un escenario?
Exactamente fecha no recuerdo, pero aproximadamente fue en 1998, estando en mis comienzos en la compañía Danza Libre.

¿Cómo llegas a Danza Espiral?
Luego de haberme aprendido el ABC de la danza y sintiéndome capaz como bailarín, decido aventurarme y probar nuevos rumbos en busca de otros conocimientos y posibilidades. De esta manera no solo llego a Danza Espiral, antes de desembarcar en aquí, transité por otras agrupaciones.

¿Qué obras han marcado tu carrera como bailarín?
Un intérprete siempre lleva consigo una obra que lo marca, que lo inicia y lo ayuda en su evolución como bailarín. Eh aquí el porqué de llevarla dentro y guardarla en la memoria como algo preciado, algo que te identifica. En mi caso, no quisiera hablar en singular, pues hay más de una obra que me han marcado y siempre las recordaré. No obstante, diré la primera que me marcó por lo que significó para mí en su momento, además de seguir haciéndola tal y como se montó. Creo que hoy en día soy el único ejecutante de dicha pieza, me refiero a Un bolero para mí, coreografía del maestro guantanamero ya fallecido, Alfredo Velázquez Carcaccés.

Un bolero para mí, de Alfredo Velázquez. Foto Félix González Pérez

¿Qué te queda por experimentar en la danza?
La danza en sí es un experimento, el danzante es parte, pieza y herramienta del mismo como proceso, por ende, el bailarín es un eterno estudiante; yo como tal seguiría experimentando y estudiando todo lo que esté a mi alcance.

¿Qué crees de las actuales tendencias de la danza nacional e internacional?
Los tiempos traen consigo nuevas tendencias y evoluciones que transforman el arte del movimiento. El escenario de la danza se encuentra inmerso en un panorama diverso, donde diferentes estilos y fusiones cobran protagonismo y continúan reinventándose. Existe tendencia hacia la fusión de elementos y estilos, creando híbridos únicos que desafían los convencionales. La improvisación y la expresión corporal personal sigue siendo para mí el motor impulsor de estas nuevas tendencias, creando una experiencia visualmente cautivadora, siempre en búsqueda de nuevas formas de expresión y exploración del cuerpo humano.

La experimentación y la conexión emocional desafían constantemente las normas establecidas y redefine los límites del arte del movimiento. En fin, las nuevas tendencias tanto nacional como internacional, para mí no es más que la evolución de la misma, no pudiera decir ni buena ni mala, solo que la danza está en constante evolución del movimiento y su perfección, y no solo del movimiento por el movimiento, si no de la conexión del bailarín con el cuerpo y como resultado la transmisión de expresiones corporales que dibujan sentimientos y emociones hacia el público.

Este año Enrique Leyva Brines cumple 20 años de estar junto a Danza Espiral y 26 años de carrera artística. Es fácil decir cifras como estas, sin embargo, nadie conoce exactamente todo lo que escanden detrás. Enriquito le ha dado mucho a la danza y viviendo en Matanzas se ha convertido en un bailarín longevo que todavía sigue aportando a su compañía y al desarrollo de la danza en la provincia. Sería lindo reconocer su trayectoria y entrega a una manifestación del arte que tanto enriquece el espíritu.

Danza al Descubierto 2024, nueva propuesta desde la Facultad de Arte Danzario

Los interesados deben presentar sus propuestas bajo la firma de un profesor o profesora que garantice su calidad. La convocatoria estará abierta hasta el 5 de mayo de 2024

Por Lisandra Herrera Benítez

Danza al Descubierto 2024, 1er Fórum Científico Estudiantil de Investigación, Periodismo y Crítica, convocado por la Facultad de Arte Danzario del ISA para todos los estudiantes de la Universidad de las Artes de La Habana, se realizará de manera presencial, del 14 al 17 de mayo.

Con un objetivo claro de incentivar en los estudiantes la investigación, Danza al Descubierto 2024 propone una mirada a los procesos creativos que se producen en la Universidad, además, brinda un espacio de intercambio con las investigaciones realizadas en las distintas facultades del ISA, sobre todo con las exploraciones que se encuentran en procesos de culminación de estudios.

Para fortalecer el desarrollo de las tecnologías aplicadas a los procesos artísticos, investigativos y docentes, el Fórum Científico Estudiantil se establece desde una perspectiva interdisciplinaria que pueda incentivar redes de investigación, tanto dentro como fuera de la Universidad.

El Fórum Científico Estudiantil contará con cinco líneas temáticas en las que los estudiantes que se inscriban podrán participar. Los trabajos investigativos optarán por las modalidades de Ponencias, Creación/Investigación (Obra coreográfica, Performance y Video-arte), Periodismo y Crítica.

Se podrán inscribir todos aquellos estudiantes de la Universidad de las Artes, que pertenezcan a los cursos diurnos, por encuentro o de trabajadores.Los interesados deben presentar sus propuestas bajo la firma de un profesor o profesora que garantice su calidad. La convocatoria de Danza al Descubierto estará abierta hasta el 5 de mayo de 2024.

El jurado seleccionado por el Comité Organizador del Fórum Científico, se encargará de evaluar las propuestas y entregará premios y menciones en las diferentes categorías.

Danza al Descubierto, en su primera edición, estará dedicada a los 110 años del natalicio del maestro Fernando Alonso, uno de los fundadores de la escuela cubana de ballet. Además, rendirá homenaje a varias compañías que cumplen aniversarios cerrados en 2024: Danza Contemporánea de Cuba (65), Compañía Rosario Cárdenas (35), Compañía Folklórica Ban Rarrá (30) y Compañía Flamenca ECOS (25).  

Durante los días que sesione el evento, también se festejará a dos instituciones cubanas por sus aniversarios cerrados, al Instituto Cubano de la Industria y el Arte Cinematográficos (ICAIC) que cumple 65 y a la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) que arriba a 60 años. Se realizarán, además, presentaciones de libros, documentales, y desmontajes de obras coreográficas con la presencia de sus protagonistas.

Imagen de Danza al Descubierto: Edson Rabí

Videodanza: Entre el intercambio de saberes y confluencias de lenguajes

Estudiantes de la universidad de las artes participan en Taller de videodanza impartido por la maestra Silvina Szperling 

Por Daimel Sanatana Castellanos

Los estudiantes de primer año del perfil Danzología, de la Facultad de Arte Danzario del ISA, participan en un Taller de videodanza, perteneciente a la Maestría de Cine Alternativo, que imparte Silvina Szperling, destacada artista argentina, en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños.

El taller, que comenzó el pasado primero de abril y se desarrollará hasta el próximo día 12, forma parte de una colaboración de la Escuela de San Antonio y la Universidad de las Artes. Andrés D’Abreu, profesor de la Facultad de Arte Danzario y uno de los líderes del proyecto TECNOLOGÍASQUEDANZAN, realizó la coordinación del intercambio, que ha sido determinante para que los estudiantes tengan un vínculo bien interesante y de primera mano con el mundo del audiovisual a través de la videodanza.

Para los estudiantes Samali Benítez, Víctor Cabrera, y quien escribe esta nota, ha sido un privilegio convertirse en los colaboradores para la realización de los materiales que van “construyendo” los profesionales que reciben la Maestría de Cine Alternativo.

La maestra Silvina Szperling es directora y fundadora del Festival Internacional de Videodanza de Buenos Aires, miembro fundador del Circuito Videodanza MERCOSUR y del Foro Latinoamericano Videodanza. Su propuesta en el taller consiste en la realización de una serie de actividades teóricas y prácticas donde se fusionan las posibilidades de corporalidad que aportan los estudiantes del ISA y la experiencia en el audiovisual de los alumnos de la Maestría, que, al ser de diferentes nacionalidades, enriquecen el intercambio con las vivencias de sus culturas a los proyectos. El objetivo principal lograr un resultado de calidad que muestre las particularidades de la videodanza como género que mucho aporta al mundo visual.

En estos interesantes procesos de intercambio de saberes, se han forjado nuevas alianzas entre la Escuela Internacional de Cine y Televisión y la Universidad de las Artes, de las cuales se proyectan nuevas acciones para un futuro próximo, que pretende mantener viva la integración de la danza al mundo del cine.

La videodanza es una forma de expresión artística que combina la danza y el audiovisual, donde la cámara se convierte en un instrumento creativo que captura el movimiento desde diferentes ángulos, perspectivas y velocidades, permitiendo explorar otras formas de narrar historias a través del cuerpo, objetos y elementos.

Durante las sesiones del Taller de videodanza, se propone también enseñar a los participantes las técnicas, herramientas y conocimientos necesarios para crear obras que combinen estas dos manifestaciones artísticas.

La propuesta de la maestra Silvina Szperling tiene como objetivo fomentar la creatividad, la experimentación y la colaboración entre bailarines, coreógrafos y cineastas, para desarrollar habilidades que permitan producir obras originales, desde la relación del movimiento, el cuerpo y la cámara.

Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, un río de aguas siempre renovadas

El actual director, Leivan García Valle, entremezcla varios estilos de danza, incluye mucho de los elementos teatrales y apuesta por variaciones en la música que se utiliza en las coreografías que hoy exhibe el Conjunto

Por Patricia Leyva Ardanza y Daniela Borges Lima

El Conjunto Folkórico Nacional de Cuba (CFNC) convocó a una clase abierta y a la muestra de fragmentos de la obra Comunidad, próxima a estrenarse con motivo del aniversario 62 de la compañía. La iniciativa se retoma como parte de estas celebraciones volviendo al sentido comunitario y abierto del espacio donde la práctica danzaria es eco del acervo cultural cubano.

La sede del CFNC abrió sus puertas a alumnos de varias escuelas del sistema de enseñanza artística, también asistieron a la cita maestros, bailarines, periodistas e interesados extranjeros. La primera clase abierta comenzó con el ciclo de danzas yorubas, la iniciativa se llevará a cabo los segundos viernes de cada mes y seguirá exponiendo cada una de las vertientes folclóricas y populares cubanas. Leivan García Valle, director de la compañía, primer bailarín y coreógrafo dio la bienvenida al público asistente y a pesar del corte eléctrico arrancó la clase con toda la energía que irradia el acervo folclórico cubano de raíz africana.

Para algunos era la primera vez allí, para otros fue volver a reencontrarse con el lugar por donde pasaron figuras cimeras de la danza cubana que sentaron las bases de un colectivo que hoy se constituye como una agrupación de tradición, pero renovada desde su dirección y elenco.

Los primeros bailarines y maestros Yulién Fernández y Harold Ferrán Molina comenzaron la clase a ritmo de cantos y toques de Elegguá cada uno asumiendo orishas femeninos y masculino. El conjunto instrumental junto al Awpuón y el coro lograron crear la atmósfera, que incitaba no solo al cuerpo de baile sino también a los presentes, desde sus asientos cantaban y palmeaban al ritmo de la música.

Los maestros y primeros bailarines, Yulién Fernández y Harold Ferrán Molina,
impartieron la Clase Abierta

Sobre las metodologías de enseñanza y específicamente la técnica yoruba, Yulién Fernández comentó:

 “Mi metodología consta de tres pasos indispensables, el saludo, el calentamiento y el tiempo musical; el estilo viene integrado por la postura folclórica, el muelleo (paso básico de las danzas de los orishas que consiste en la ligera flexión constante de las piernas), plexo solar y caracterización según la danza en representación. Mis rectificaciones suelen ser individuales, no todas las compañías tienen el mismo estilo ni la cadencia, pero el bailarín debe ejecutar el paso como se lo marca el profesor en el momento.”

Yulieé comenta acerca de sus referentes e inspiraciones en cuanto a la pedagogía de la danza:

“Los referentes que tuve para dar clases son profesores que conocí en la Compañía Folklórica Oché de Villa Clara donde me gradué, entre ellos el antiguo director Luis Vásquez Maira y el maestro Víctor Miranda, hermanos que dedicaron muchos años a la danza en esta provincia. También nos visitaban profesores del CFNC y nos impartían clases en nuestra escuela como el maestro Manolo Micler antiguo director del Conjunto, Julián Villa y Silvina Fabars,  mi mayor ídolo en la danza folklórica.”

En la clase se mostraron las evoluciones de varios orishas a partir de sus características y los avatares marcados por los cantos y toques que cuentan las historias de estas deidades. Los profesores marcaban el paso a ejecutar y los bailarines lo repetían, cada uno con su estilo, pero sin cambiar lo pautado por el maestro. Los visitantes se fueron sumando al canto, y se vivieron momentos enérgicos donde la gente desde sus lugares comenzó a bailar a su manera también siguiendo a los danzantes de la compañía.   

Una vez terminada la clase pudimos entablar un diálogo con dos bailarinas recientemente llegadas a la compañía. Yismay Castellanos y Katia Céspedes son egresadas del perfil Danza Folklórica de la Facultad de Arte Danzario, de la Universidad de las Artes (ISA) y compartieron sus impresiones sobre el trabajo cotidiano de la compañía.

Yismay Duquesne comenta que hace dos meses comenzaron en el Conjunto. “Estamos pasando por un proceso de adaptación ante las nuevas condiciones y sistemas de enseñanza aquí en la compañía. El director y los demás bailarines nos han acogido muy bien, durante las clases nos rectifican y el ambiente es bastante parecido al de la academia pues muchos de nuestros anteriores maestros pertenecieron o estuvieron relacionados con el CFNC, como es el caso de Alfredo O´Farril, Daysi Villalejo, Leivan García… Es un privilegio estar en la compañía emblemática del folclor cubano, a nivel profesional es un salto grande, me siento muy afortunada de estar aquí, el Conjunto es la institución que defiende las tradiciones de nuestro país…

Katia Céspedes expresa: (…) Los comienzos siempre son complicados, pero estamos muy orgullosas de pertenecer al Conjunto Folklórico, esta compañía ha significado para mí un gran avance como bailarina y el esfuerzo es continuo porque incorporamos a nuestro saber el estilo propio de la compañía que es muy enriquecedor, no solo la parte yoruba sino de todas las danzas folclóricas cubanas.

Ensayo de la obra Comunidad, próximo estreno del Conjunto en el mes de mayo.

Terminado el intermedio y con la gracia del fluido eléctrico nos reacomodamos en nuestros sitios a la expectativa de presenciar fragmentos de la obra Comunidad, la más reciente obra de García Valle con la cual ganó la Beca de Creación El reino de este mundo que otorga la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

La literatura ha sido en múltiples ocasiones fuente de inspiración para la escena, Comunidad parte de la novela Demonio sobre césped cortado de la joven dramaturga cubana, Taimí Diéguez Mallo, Premio Milanés 2019 que otorga la AHS. La pieza, que según comentó el coreógrafo tendrá una duración de 50 minutos, aún está en proceso y, por supuesto, como buen autor celoso de su proceso creativo, no dio todos los detalles, pero dejó ver importantes elementos que conforman esta obra que hace una lectura contemporánea sobre las danzas de los congos y todo el imaginario de la Regla Palo Monte.

La pieza toca temas como la esclavitud, el racismo y la emigración. En una danza coral, hombres y mujeres de la compañía vuelven sobre los bailes de los congos, una de las vertientes africanas asentadas en nuestro país. Los intérpretes cantan, hay textos hablados, percusión y la sublime banda sonora de Alejandro Falcón, compositor cubano que cedió varios temas del disco El monte espiritual para la pieza coreográfica. Leivan, desde la estética que va configurando como creador, entremezcla varios estilos de danza, incluye mucho de los elementos teatrales y apuesta por variaciones en la música, donde regularmente es percutida a partir de la tradición, y precisamente este joven director y coreógrafo no se aleja de la tradición, pero sí apuesta por nuevos caminos para la recreación escénica del folclor.

Tras la muestra y el aplauso cerrado de los presentes, Leivan García Valle se situó frente al público junto a los bailarines, dispuesto al diálogo. Entre los presentes surgían algunas inquietudes como, por ejemplo: ¿Sigue el Conjunto estando abierto a coreógrafos de otras corrientes danzarias?

Como compañía organizamos un plan al año y tenemos una serie de prioridades, por lo que bajo ese concepto vamos incorporando a nuevos coreógrafos y con ello nuevas ideas. Ahora mismo, en la obra en proceso, tenemos la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional, Coro Nacional y el maestro Alejandro Falcón. Creemos que es importante enriquecer el folclor con ideas innovadoras, pero siempre partiendo de una base fundamentada o un estudio realizado, no es poner una pierna más alta para que se vea más bonito, o giros por girar más, sino que en el espacio de creación tienen que haber un verdadero conocimiento y motivación en torno a las cuestiones de nuestro folclor, no deformarlo, si no estilizarlo más, pero siempre desde el conocimiento.

Leivan García Valle apuesta por un Conjunto que se renueva en cada temporada pero conserva la identidad de sus fundadores.

Otra de las preguntas realizadas por una de las visitantes extranjeras fue: ¿Cómo hacer funcional algo que puede ya no ser actual?

(…) Nosotros en la fundamentación de la compañía llevamos a escena las manifestaciones de verdadero valor artístico debido a que no todo lo que se crea en el pueblo es positivo y a partir de aquí es que realizamos investigaciones y lo traemos a la escena. Esto lleva un estudio porque nosotros no somos el folclor puro, el del foco, sino proyecciones escénicas de inspiración folcórica. El folclor no lo hacemos nosotros, lo hace el pueblo y por eso, como dijo el maestro Furé, “somos un río de aguas siempre renovadas” (…)

Después de las preguntas quedó la cita pautada para el mes de abril, el segundo viernes, donde ocurrirá de nuevo el encuentro con la danza, con las expresiones autóctonas que nos habitan como pueblo. La compañía se muestra activa, con un elenco y dirección joven, están trazando líneas para llevar a la escena el folclor desde y para esta época, no es la misma a la de las generaciones anteriores. El folclor en tanto saber del pueblo no puede ser inamovible como un cuadro en una exposición de museo, debe transformarse e ir con los tiempos, y le permitirá su superviviencia y desarrollo.

Fotos cortesía de las autoras.

Somos Cuba: arte y juventud

La compañía Quo Vadis llegará por primera vez al escenario de la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba

Por Samali Benítez y Víctor Cabrera

Quo Vadis, Compañía de Espectáculos, presenta Somos Cuba el próximo mes de abril en el Teatro Nacional.Bajo la dirección del joven coreógrafo David Frank Acosta Mozorra, la puesta en escena contará con un elenco mayormente formado por bailarines y músicos estudiantes de la Universidad de las Artes, ISA. Las funciones se realizarán el sábado 6 a las 7:00 pm y el domingo 7 a las 5: 00 pm.

La función tiene como invitados a la Compañía Flamenca Ecos, dirigida por Ana Rosa Meneces, y será acompañada con música en vivo por una orquesta conformada para la ocasión. Gabriela Quintero, estudiante de la Facultad de Arte Danzario, tiene a su cargo el montaje coreográfico; mientras que Isnay Martines, es la regisseur encargada de organizar el trabajo interno del nuevo colectivo. La dirección musical está bajo la égida de Jorge Luis González y Yoendris Nelson López. De igual modo, los diseños son de Yanisel Duthil Rivero y de Yaz.

En conferencia de prensa, realizada en el ISA, David Frank, ofreció detalles sobre el espectáculo:estamos apostando por un espectáculo que hable de nuestra identidad, sobre el dialogo con el día a día. Sobre ese arte que a pesar de los problemas queremos seguir haciendo”.

Así mismo apuntó que se presentarán varias obras donde predomina la danza folclórica, moderna y el espectáculo musical. La presentación anunciada con una duración aproximada de hora y media, será una muestra del quehacer actual de los jóvenes artistas en el panorama cubano.

Las entradas estarán a la venta, en la taquilla del Teatro Nacional desde el martes dos de abril.

Celebrarán, de manera tripartita, 2do. Congreso Internacional de Arte para la Educación

Por Lisandra Herrera Benítez

Del 20 al 22 del presente mes se desarrollará el 2do. Congreso Internacional de Arte para la Educación, organizado por la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) de México, y que por primera vez tendrá la colaboración de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de Bogotá, Colombia, y de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes (ISA), de Cuba.

El Congreso brinda un espacio de divulgación y gestión del conocimiento, con el objetivo de intercambiar metodologías y métodos de enseñanza entre los profesionales del arte a nivel internacional. Este es un evento gratuito, y tendrá lugar de manera presencial en los países protagonistas y también se podrá acceder, vía on line, mediante las plataformas digitales Zoom y Google Meet, de 8:00 a.m. a 6:30 p.m., hora de México. También se trasmitirá por las redes sociales de las tres universidades que organizan el Congreso.

El programa agrupa un número importante de ponencias, provenientes de varios países de América Latina, entre los que se encuentra Cuba con nueve investigaciones. Arte para la Educación prevé las conferencias magistrales: ¿Pedagogía para las artes o las artes para la pedagogía?, por la doctora Aleyda Gutiérrez Mavesoy, decana de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia; Recomendaciones metodológicas para la enseñanza de la danza contemporánea en escuelas de nivel elemental en Cuba, por la doctora Liliam Chacón Benavides, decana de la Facultad de Arte Danzario de la Universidad de las Artes de Cuba, y Método eduqarte, de las doctoras María de los Ángeles Aguilar San Román y Alejandra Martínez Fernández, del Grupo Colegiado “Estudios de Arte para la Educación” de México.

En el horario matutino tendrán lugar las conferencias y ponencias de todos los participantes, en tanto los talleres serán impartidos en horario de la tarde. Nuestra Universidad coordina dos de ellos: “Educación comparada: métodos y metodologías aplicadas a la enseñanza e investigación en arte”, desde la Universidad de las Artes, a cargo de la doctora Yuitana García Isaac; y “La enseñanza por/para las artes: algunos fundamentos metodológicos”, desde Querétaro, por la doctora Lilliam Chacón, decana de la Facultad de Arte Danzario del ISA

El primer Congreso de Arte para la Educación obtuvo resultados positivos que fortalecieron el Estado del Arte, además de demostrar la cantidad de contenido que aún queda por investigar y estudiar en este campo; por lo que, en esta segunda ocasión, la mirada recaerá en la metodología del profesorado y cómo esta consolida la formación de los artistas en sentido general.